viernes, 16 de diciembre de 2011

S3, la suerte de mi vida.


Gracias, gracias por todo lo que hacéis por mí, por hacerme reír, por pasar esas hora y horas hablando, porque las horas se vuelvan minutos a vuestro lado cuando estoy mal, cuando debería pasar más lento, gracias. Y es que no han ninguna palabra más para deciros, para describiros lo agradecida que estoy. ¿Sabeis una cosa? Para mí, sois mis 2 hermanas, esas hermana que me dicen las verdades en la cara y lo que no quiero escuchar, las hermana que me hace reír cuando no me puedo ni levantar de lo mal que puedo llegar a estar, con las que siempre encuentro un motivo por el que sonreír, las que hacen que encuentre una salida por oscuro que este todo, las que dan sentido a mi simple vida... 

¿Y sabes otra cosa? Sí, a veces os mataría, pero por vosotras mataría siempre
OS AMO MUCHISIMO HERMANAS :D
ellas dos, mis 2 ángeles





miércoles, 14 de diciembre de 2011

Ella no sabe quién soy...

Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de su pulgar.
El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.
Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo.
Lo ví mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.
Mientras le realizaba las curaciones, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
El me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, ‘¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quien es usted?’
El sonrió y me acarició la mano.
‘Ella no sabe quien soy,  pero yo aún se quien es ella.’
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé:
‘Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.’
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.